En el pueblo de Presillas de Bricia, se localiza este interesante y valioso conjunto rupestre integrado por una impresionante iglesia rupestre o eremitorio, conocida como la «Ermita de San MIguel» o «Cueva de San Miguel», y por una serie de cavidades artificiales y naturales, ubicadas unas alrededor de la iglesia y otras en e mismo caserío.
En un paisaje solitario situado al abrigo del monte, rodeado de una exuberante vegetación, la ermita está enclavada en un gran promontorio de roca arenisca desde el que se divisa gran parte del valle.
DESCRIPCIÓN
La monumentalidad y la originalidad morfológica de esta singular obra de arte rupestre, la convierten en un monumento de primer orden, que reune todos los requisitos para ser considerado como un Bien de Interés Cultural.
La iglesia, cuya planta es más larga que ancha, presenta un enorme desarrollo en altura y cuenta con dos niveles o pisos. En el nivel inferior, el espacio se distribuye entre una cabecera triabsidal plana y tres naves que desembocan en la cabecera triple, mientras que en el nivel superior está reservado par la tribuna o galería alta desde la que se comtempla el interior del templo.
La entrada del piso inferior actualmente está cerrada con una reja.
Las naves están delimitadas y separadas por grandes pilares que sustentan arcos de medio punto peraltados, que dividen la bóveda de cañón en dos tramos. Cada nave desemboca en un ábside con su respectivo altar.
La nave de la izquierda, presenta una especie de hornacina artificial inacabada y un pequeño poyo o banco. En el muro del ábside se observan dos oquedades, una de ellas está cerrada con rejas y un cristal. El ábside orientado al Este y sobrelevado presenta un altar con agujero para las reliquias. Sobre éste aparece un grueso arco de medio punto labrado artificialmente en la pared. A un lado del altar hay una repisa y al otro una pequeña credencia u hornacina.
La nave central sigue el mismo esquema constructivo que la anterior y, al igual que ésta, es de gran altura y presenta un ábside elevado sobre la nave que alberga también un altar de bloque prismático con agujero central para las reliquias. Sobre el altar un arco irregular y rodeando al altar se observan hornacinas, repisas y peldaños labrados.
La nave derecha presenta menor altura que las anteriores. El espacio correspondiente al ábside se alza sobre la nave y está cubierto con una pequeña cúpula. El altar ubicado en este sector, está muy erosionado. Sobre él hay una hornacina que va acompañada por otra situada en la pared meridional.
Junto a la nave izquierda, arranca una escalera de husillo labrada en la roca que comunica con el piso superior, donde hay una tribuna o coro alto que, a modo de balcón, se levanta sobre la parte trasera del templo. A juzgar por los agujeros de las paredes y suelo, la tribuna estuvo completada con obra de carpintería.
Al exterior, a la izquierda de la entrada, aparece una gran hornacina que pudo funcionar como altar exte
rior.
Rodeando el roquedo por la izquierda, se localiza la llamada «Cueva de la Vieja» escavada en el mismo peñón. El acceso se efectúa a través de una escalera tallada en la roca que lleva hasta la entrada, hoy cerrado con reja. La entrada da paso a una cámara espaciosa, de planta cuadrangular y cubierta con bóveda de cañón, que en la pared del fondo presenta un banco corrido sobre el que se han grabado numerosas cruces y otros símbolos.
Lo más curioso del recinto son los dos rebajes a modo de pilas excavadas en el suelo. La existencia de estas dos pilas y la vinculación que mantiene la cueva con la iglesia, han llevado a interpretar esta cámara como un baptisterio en el que se practicaba el bautismo por inmersión, ritual que se mantendrá vigente hasta la Reforma Gregoriana de finales del siglo XI.
Rodeando la roca por la derecha, en la parte trasera de la iglesia, se observan tres posible celdas que presentan muescas, ranura y cruces latinas grabadas.
En la cornisa del templo, sobre la tribuna, aparece una estancia rectangular a modo de mirador.
Próximas a la iglesia, aparecen numerosas cuevas y abrigos naturales que pudieron servir como celdas eremíticas. A éstas, se añaden las cavidades artificiales ubicadas en el pueblo, cerca de la fuente y colgadas a diferentes alturas en la roca. La comunicación entres estas cuevas artificiales se realiza a través de pasillos y escaleras talladas en la roca. Las cavidades son actualmente inaccesibles.
De esta forma, el complejo rupestre de Presillas está constituido por un conjunto de celas eremíticas, agrupadas y próximas unas de otras siguiendo el modelo de las lauras, y un templo rupestre que funciona como iglesia monacal para los miembros que integran esta laura, convertida en comunidad monástica en época altomedieval.
El análisis de los elementos y las formas arquitectónicas del templo y los restos cerámicos encontrados en una excavación arqueológica realizad
En el año 1992 la Junta de Castilla y León, instaló rejas y paneles transparentes con el fin de poner freno a las excavaciones furtivas y las corrientes de aire que estaban produciendo un brutal deterioro de la iglesia.
ACCESO
Desde el pueblo de Presillas, el acceso a la iglesia rupestre de San Miguel se realiza a través de una pista de tierra que nace en el pueblo y conduce hasta el paraje en el que se ubica el templo.
BIBLIOGRAFIA
Eremitorios rupestres en la comarca de Las Merindades (Burgos)- Autora: Judit Trueba Longo