El portal de alojamientos rurales «escapadarural.com» ha editado el siguiente artículo sobre el Embalse del Ebro:
23 de febrero, 2011 – Autor: Javi Rodriguez
Así pues, hoy venimos a cubrir ese vacío y a presentaros un lugar apartado de los circuitos habituales. Es el Pantano del Ebro, en la localidad de Arija, situado en la provincia de Burgos, muy cerca del límite con Cantabria. Viajamos hasta las Merindades para informar de un lugar desconocido lleno de posibilidades ¿Creías, por ejemplo, que sólo en la costa se puede practicar el windsurf?
Son aguas compartidas por Cantabria y por Burgos. Ambas reciben el premio del río, el más caudaloso de todo el país, desde su nacimiento en la primera de ellas. La historia de la construcción del embalse que nos ocupa (1921-1945) es larga, una obra de ingeniería civil que supuso un reto al principio y durante y que al final terminó con la diáspora internacional de los habitantes de Arija.
Un lugar de interior, natural, irrigado por el curso del Ebro, Arija al fin, vio sumidas sus casas y sus tierras con las construcción del pantano. Desde mediados de siglos, Arija emergió y se adaptó a los cambios, recuperando su población. Es ahora un lugar maravilloso donde disfrutar de la Naturaleza y de las playas de interior.
Transcurridos más de 50 años de existencia, el Embalse del Ebro es ya un espacio protegido por sus valores naturales. Desde el 1987 es Refugio Nacional de Aves Acuáticas: distintas especies, muchas de ellas singulares, han encontrado aquí el lugar ideal para pasar sus estíos, para recuperarse de sus largas migraciones alrededor del globo. Entre ellas se encuentran el milano negro, el somormujo lavanco, el ánade real, la cigüeña, el martín pescador, el pato cuchara…
Fuente: Enrique Amigo
A las orillas del embalse le siguen una hilera de árboles que configuran los bosques de robledales de Lanchares y Bimón. Quien se acerque hasta este lugar disfrutará a lo grande de los paseos por el entorno, de los chapuzones en el agua y de las puestas de sol, para los más románticos, que terminan ofreciendo una panorámica espectacular. Más allá de las aguas se suceden las hayas, los pinos, los olmos o los fresnos y arces.
Por último, si os acercáis hasta el lugar en época estival, el Embalse del Ebro no tiene nada que envidiar a las playas de la costa. El pacífico baño para los más tradicionales, pero para los más activos y aventureros también hay ofertas de ocio muy sugerentes: piragüismo, windsurf, kite surg, paseos en barco. Las actividades náuticas en el embalse, el entorno y sus posibilidades en contacto con la naturaleza son su más atractivos reclamos.